Gocheando en Café Saigón

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domingo, 26 de mayo de 2019

Restaurante Marqués de Cruilles. Cosas bien hechas

Visitando #Morella comimos en el Restaurante Marqués de Cruilles y el resultado fue más que satisfactorio.

Elegimos el menú del día de 15€ sin bebida, muy variado y gustoso. El local es pequeño, pero tiene un patio amplio donde se encuentran las mesas, el día era ideal de primavera con un sol radiante, tiene unas sombrillas grandísimas que abiertas cubren casi todas las mesas cuando es necesario. El patio decorado con gusto y con muchas flores lo convierte en muy acogedor.





Los camareros eran gente joven, lo que me da por pensar es que es un negocio familiar y en el que está implicado todo el clan. Me encanta que en los pueblos se generen este tipo de negocios que den valor añadido al ámbito rural y que aporten en positivo al turismo cultural excelente de este pueblo declarado como uno de los más bonitos de España. El servicio fue excelente, rápido y amable. Un buen trato que se agradece y te hace sentirte más cómodo en el lugar. El restaurante se llenó y tuvieron que dejar de atender a nuevos comensales por falta de espacio. Por algo será, creo que porque la relación calidad, servicio y precio es mejor que buena.

Empezamos con la tapa del día. Os dejo la foto, no recuerdo exactamente lo que erá, pero el detalle de ponerlo siempre aporta. Creo que era una especie de ensaladilla de atún con queso de Burgos por encima., pero no me hagáis mucho caso, mi memoria va fallando, como están las cabezas Manolo.




Los primeros.

Croquetas Morellanas.
Eran de carne, piensas que van a ser con forma de croquetas, pero no es así son con forma de empanadillas, pero con texturas de dim sum asiático. Una exquisitez muy sutil.



Olla típica.
Una especie de potaje con patatas, morcilla, caldo y legumbres. Muy muy rica, suave, un gustazo para el paladar.



Los segundos.
CarriIllada de cerdo al horno.
En su punto, nada seca, jugosa, con sus patatas de acompañamiento. Bien cocinado.



Codorniz en escabeche.

Exquisito, el escabeche en su punto, las verduras aliñadas increíbles, en definitiva un plato para chuparse los dedos.



Postres.

Cuajada casera.
Delicatessen. Nada más que decir.



Flan de café.
De textura ideal, un final feliz con su nata montada.




Este restaurante se encuentra enfrente de la entrada para visitar el castillo, por lo que resulta ideal para cuando se termina de ver esta maravilla la cual te lleva más o menos de una hora su visita, ya que se escudriña todo el recinto.
Para concluir decir que todo nos costó 32€, de las mejores relaciones calidad precio que me he encontrado. Seguid así, os auguro un futuro genial.

Puntuación en gochitos