Gocheando en Café Saigón

Gocheando en  Café Saigón
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domingo, 25 de julio de 2021

Lobito de Mar, Madrid., Gracias Dani García.

Gracias Dani García por acercar y hacer más asequible a la plebe la buena gastronomía y el buen producto. 


En esta ocasión vamos a desgranar nuestra visita a Lobito de Mar, Madrid. Una de las nuevas propuestas de Dani García en la capital. Situado en la Calle Jorge Juan, 10, 28001 Madrid , en pleno Barrio de Salamanca, nos recibe con una terraza adornada con motivos florales, que ocupa la acera de la entrada al local.




Preferimos el interior del local ya que el 11 de julio estaba cascando de lo lindo. Tiene una zona de barra  y otra con mesas en la planta principal con una decoración más industrial y una planta sótano con una decoración más marinera como de camarote de barco. En esta última es donde nos sentamos, en una pequeña sala, en una mesa redonda muy amplia con un imponente y precioso pulpo de metal que la presidía. La sala alargada, que antecedía a la nuestra, estaba decorada con unas lámparas con forma de pez, muy sugerentes. En general la decoración del local llama la atención por pequeños detalles, como las lámparas de pared de nuestra sala en forma de concha.







El envoltorio estaba bien, pero sabemos que el interior es lo que importa y nuestra elección gastronómica fue la siguiente:


Para empezar pedimos cerveza, un par de cañas, exquisitamente tiradas, sin prácticamente carbónico, muy refrescantes. Fijaros que decidimos no pedir vino, continuamos con el zumo de cebada toda la comida.




De aperitivo nos pusieron un gazpacho suave, fresco y sutil. Para empezar en verano me parece un acierto. Tenemos unas recetas que tendríamos que exportar por todo el mundo y una de ellas tendría que ser esta, junto al salmorejo y la tortilla de patata. Son sencillas y exquisitas a la vez y con ingredientes de andar por casa. No han conseguido los italianos exportar la pasta y la pizza por todo el mundo. Nos falta creer en nuestras posibilidades. Aunque en estos últimos años hemos recortado distancias.




 Al lío señores para compartir pedimos un clásico de Dani García la ensaladilla, en este caso de gambas. Debería aparecer en los libros de gastronomía como referencia y en las búsquedas de Internet la foto de su creación. Da igual en qué restaurante del chef malagueño os encontréis, hay que pedirla. Es la perfección hecha ensaladilla, en trocitos muy pequeños y muy equilibrada. Con sus regañas y con una cantidad más que generosa. No hay palabras para describirla, probadla si o si.




Cómo segundo entrante las croquetas de choco. Una exquisitez, ojo al rebozado, que finura, una capa casi invisible, que hace que la bechamel con la tinta sea la protagonista con un brillo excepcional. Ojo que saborazo a mar. Pequeños bocados que te trasladan a la costa malagueña en un abrir y cerrar de boca.





De principales nos hemos decidido por el atún rojo. Una exquisitez en todo los sentidos, es como el cerdo ibérico del mar. 


Surtido de crudo. Sashimi descargamento, sashimi de toro, tartar 

O’ toro y tartar descargamento picante. Un mix de varias partes del atún, ideal para sumergirte en su mundo. En formato sashimi y en tartar. Es un manjar por su textura. El ganador, según mi humilde opinión, el tartar de descargamento picante, con salsa kimchi en su punto justo, totalmente adictivo, si me ponen medio kilo me lo meto entre pecho y espalda. Sugerencia, pondría tartar de escargamento picante en formato de ensaladilla con regañas, pero resultaría un pelín caro. Del resto de cortes ni un pero. El atún toro sería como el cerdo ibérico y la parte de descargamento como el cerdo blanco. Diferentes los dos, pero riquísimo en sus variadas formas. 




Parrillada de atún. Otra forma de probar el atún, a la parrilla, de varias partes como el solomillo, la ventresca y la parpatana. Todo ello en el punto exacto. Quizá, como pero, la presentación del acompañamiento de lechuga que llevaba, con las hojas enteras, un poco vasto a mi entender. Eso sí al meterte en la boca cada trozo se deshacía, gran producto.





Después de esta maravilla de pez llegó el postre. TARTA DE QUESO. Con mayúsculas, sí señores. Un jodido monumento hay que ponerle a esta creación. Totalmente distinta a la de Bibo, a mi entender mejor. Con una cremosidad y hasta bailaba al moverla. Un gran colofón final a una velada magnífica.



 


Una mención especial al servicio, destacable en todos los aspectos, serviciales, atentos y simpáticos. Te sientes en el centro del espectáculo. Esto junto al ambiente del local te hace sentirte el puto amo del lugar.





Gracias Dani García y a todo tu equipo por hacer asequibles la buena cocina y el mejor producto. Acercar al gran público tus creaciones y tus platos estrella ha sido una gran idea, que agradecemos a los que nos gusta gochear.