Gocheando en Café Saigón

Gocheando en  Café Saigón
Gocheando en Café Saigón

domingo, 8 de diciembre de 2013

La Mira de Gredos, un lujo serrano

El pasado 28 de noviembre tuvimos el privilegio de comer en este restaurante y sólo puedo decir que fue un auténtico espectáculo culinario. El lugar presagiaba lo mejor, ya que este establecimiento, como su nombre indica, tiene unas magníficas vistas a la Sierra de Gredos. El momento invitaba a refugiarse en este lugar por la nevada caída la madrugada anterior y el frío intenso, y así lo hicimos animados por las buenas referencias encontradas en internet.







El salón donde se encuentra el restaurante es diáfano con una chimenea que le da un aire acogedor y familiar, con unos sillones alrededor que invitan a alargar la sobremesa que, por supuesto utilizamos, cómo no.  Tendría que ser más habitual en los restaurantes estas zonas de asueto y descanso después de una opípara comida. Incluso pagaría un plus por ello.








El paisaje que se puede ver desde los ventanales es relajante con las cumbres nevadas al fondo, es como una pintura de lo hermoso que es, la realidad siempre supera a la ficción.







Vamos a lo importante que fue la comida. Nos decidimos por este menú tradicional:

Patatas revolconas
Alubias blancas del Barco
Huevo de corral con jamón ibérico de bellota
Lomo de ternera de Ávila a la parrilla
Sorbete mini del día
Postre de la casa

Todo esto regadito con un buen vino "Prado Rey Roble" de la Ribera del Duero.





Me encantan estos menús regionales, pensamos que íbamos a salir rodando de allí, pero las cantidades fueron ideales para así poder probar un poco de las magníficas materias primas que da esta región serrana.

La buena cocina tiene que ser puro sabor y este fue el mejor ejemplo, el aperitivo, unos níscalos con parmesano y pencas de acelgas en tempura, consiguió ya la excelencia, un comienzo por todo lo alto.





Las patatas revolconas con un punto de pimentón adecuado, textura ideal y una presentación excelente, acompañadas con dos torreznos, dos chistorritas y dos guindillas, que le daban potencia y sabor al plato.





Cómo estarían las alubias blancas del Barco para que mi mujer se las comiera y encima dijera que estaban buenas, con esto os lo digo todo.





El huevo de corral con jamón ibérico de bellota lo disfrutamos en grande. No soy mucho de huevos pero estaba realmente exquisito con un jamón de chuparse los dedos, qué sabor. La yema invitaba a mojar y mojar.




Llegamos al plato estrella; la carne, lomo de ternera de Ávila a la parrilla, pura mantequilla, quizá la ternera más rica que he probado, se deshacía en la boca, se desprendía como lo hace el bacalao, increíble. Estaba en su punto perfecto, me habría comido mucho más, es de esos platos que nunca olvidaré.






Después de esto unos sorbetes refrescantes con una frambuesa en todo lo alto. El que ideó esto de introducir los sorbetes en las comidas para separar platos lo clavó, es un gran acierto, descongestiona y anima a seguir.





Lo último fue un strudel de manzana exquisito, me comí el mío y el de mi mujer. Ella es más de chocolate. Qué textura, si me traen un tercero me lo hubiera comido. Hubiera hecho como Homer Simpson: "¿Qué desea? ¿Uno o dos strudels?" Por supuesto las dos cosas. Se deshacía en la boca.





Después pasamos a los sofás al lado de una chimenea donde tomamos los licores y los cafés, si no me saca mi mujer de allí me termino las existencias del licor de hierbas. Me metí entre pecho y espalda cuatro chupitos, tres de hierbas y uno de crema de orujo. Se estaba allí de lujo, calentito, cómodo, en buena compañía, en definitiva, una gran sobremesa.







Para acabar decir que hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una velada así. Mi sincera enhorabuena a este restaurante, el personal te hace sentir como en casa, estuvo muy atento a nuestras necesidades, incluso nos ofreció acercarnos al coche por si estábamos un poco perjudicados ya que estaba todo nevado y resbaladizo.




Recomiendo encarecidamente este restaurante con vistas para cualquiera que visite esta zona serrana de Gredos. Es un lujo gastronómico en plena montaña. Después de darse un hermoso paseo por la ribera del río Tormes comer aquí es rematar la faena.



Filustro

5 comentarios:

  1. Fue un placer acompañarte en esta experiencia. Espero seguir descubriendo nuevos platos y lugares contigo. Un blog muy ameno y divertido. Te doy 5 gochitos!!

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Pues…..como me chifla todo lo que tenga que ver con temas gastronómicos, os seguiré amigos, en este nuevo blog.
    Pasamos por delante de este restaurante hace poco cuando estuvimos por Gredos, pero terminamos en otro establecimiento en Hoyos del Espino.
    De este menú, me quedo con las patatas revolconas y el strudel del postre.
    Me parece genial la zona de chimenea para la sobremesa.

    Ánimo con vuestro nuevo proyecto

    ResponderEliminar
  4. Hola !!! Doy fe de lo que cuentas en el blog sobre la Mira de Gredos. Un placer conocerte. Compartiré tu entrada en Twitter. Un saludo !!!

    ResponderEliminar
  5. Mi enhorabuena por este magnífico blog , estaba leyendo y me estaba imaginando como estarías disfrutando de la comida, no conozco a nadie que disfrute más que tú. Yo te doy 5 +5 gochitos

    ResponderEliminar